En la Vuelta a Colombia de 1955 el predominio del ciclismo de Antioquia fue absoluto. Bajo la
dirección técnica del argentino Julio Arrastía Bricca se conformó la célebre ‘licuadora paisa’ sistema que jornada a jornada arruinaba las pretensiones de ciclistas de otras regiones por hacerse, al menos, a un triunfo parcial de etapa. En plena carretera ejercían un control absoluto sobre los rivales y eran ellos, los antioqueños, quienes determinaban en qué momento se atacaba o se imponía la
calma en el grupo. Quien no aceptara esas ‘condiciones’ simplemente era ‘licuado’ en pocos kilómetros.