El primer presupuesto de Claudia Sheinbaum llega marcado por las herencias del pasado: Pemex como un barril sin fondo, pensiones que superan al gasto educativo y un déficit cercano al 4.5% del PIB. Entre proyectos heredados, deudas y un gasto público ineficiente, ¿hasta dónde puede este presupuesto reflejar realmente la visión de su gobierno?