Muchas veces las tormentas emocionales, físicas o espirituales se posan sobre nuestros corazones, y si no hemos sellado cada gotera, empapamos a los demás, a través de pleitos, y enojo. Dios nos invita hoy a disponer de su ayuda y eliminar por completo aquellas grietas que nos llevan a ser goteras en nuestras familias y entorno.