Seguridad: Los límites ayudan a mantener a los niños seguros al establecer fronteras claras sobre lo que es seguro y lo que no lo es.

Desarrollo de autocontrol: Al aprender a respetar los límites, los niños también desarrollan habilidades de autocontrol y autodisciplina.

Establecimiento de normas sociales: Los límites enseñan a los niños las normas sociales y les ayudan a comprender lo que se espera de ellos en diferentes situaciones.

Fomento de responsabilidad: Los límites les enseñan a asumir la responsabilidad de sus acciones, ya que comprenden las consecuencias de no respetar los límites establecidos.

Promoción de la autonomía: Aunque parezca paradójico, los límites bien establecidos en realidad fomentan la autonomía. Los niños saben qué esperar y pueden desarrollar un sentido de seguridad y confianza en sí mismos al entender los límites dentro de los cuales pueden explorar y aprender.

Salud mental y emocional: Los límites consistentes y razonables brindan estructura y estabilidad emocional a los niños, lo que puede ayudar a reducir la ansiedad y el estrés.

Establecer límites claros y coherentes requiere paciencia, consistencia y comunicación efectiva con los niños. Los límites deben ser apropiados para la edad y el nivel de desarrollo del niño, y es importante acompañarlos con amor, comprensión y explicaciones para que el niño entienda por qué se han establecido esos límites.