El despliegue militar de Estados Unidos en el Caribe contra el Cártel de los Soles marca un giro en la presión internacional sobre Venezuela. La reacción de Nicolás Maduro refleja miedo: movilizó tropas, ordenó a civiles alistarse en la milicia y activó a los supuestos 4.5 millones de milicianos armados, intentando mostrar fuerza en medio de la fragilidad y la sombra de la traición por esos 50 millones de dólares. Al mismo tiempo, María Corina Machado se consolida como la líder de la oposición, lo que evidencia que Maduro no sólo enfrenta un cerco militar desde el exterior, sino también un cerco político dentro de su país por su falta de apoyo popular.