Ser mamá emprendedora es tener dos jefes emocionales que nunca están contentos.
Uno te mide por amor. El otro por resultados. Y ninguno te da break.
Si estás trabajando, sientes culpa por no estar con tus hijos.
Si estás con tus hijos, sientes culpa por no estar trabajando.
No importa lo que hagas, siempre hay algo que no estás haciendo “bien”.
En este episodio hablo de:
• La culpa invisible que carga toda mamá emprendedora
• Por qué siempre sientes que tu corazón está dividido
• Cómo la perimenopáusia cambió mi forma de trabajar (y mi energía)
• El “deberías” que te agota más que el trabajo mismo
• Pasos pequeños para soltar la culpa (sin culpa adicional)
• Por qué priorizar no es egoísmo, es supervivencia
La culpa nunca desaparece completamente. Pero se transforma en conciencia. En límites. En saber qué vale la pena.
Y si hoy te sientes culpable por no estar “suficiente” en algún lado, quiero que sepas: estás haciendo lo mejor que puedes, con lo que tienes, con quien eres hoy. Y eso ya es suficiente.

Cuéntame en los comentarios: ¿Tú también cargas con esta culpa? ¿Cómo la manejas?