La constante de todo contenido que consumimos es tener un autor o intérprete, el cual solemos idealizar y tomar como ejemplo.
Qué pasa cuando la vida privada y/o ideología de dicho artista no concuerda con los cánones de moralidad o peor aún, con "lo legal". ¿Debemos seguir apoyando su obra? ¿Podemos seguir disfrutando de su arte?.
Toma tu botecito vacío y arrímate a este trío de vatos que esto está por comenzar...