"El querer agradarle a los demás es una trampa peligrosa" y es que no es necesario y principal agradarle a los demás sino que debería ser más importante agradarle a Dios antes que a las personas.
"El querer agradarle a los demás es una trampa peligrosa" y es que no es necesario y principal agradarle a los demás sino que debería ser más importante agradarle a Dios antes que a las personas.