Raúl Marroquín es un secuestrador y asesino en serie mexicano, quien sometía a sus víctimas a tortura y una tenía un especial predilección por sofocar a sus víctimas. Las asfixiaba hasta que perdían el conocimiento, una vez que volvían en sí las volvía a asfixiar, y así una y otra vez. Su firma se caracterizaba por arrojar los restos de sus víctimas en las inmediaciones de la estación del metro Chabacano.

“No me arrepiento de lo que hice... De tener la oportunidad lo volvería a hacer, solo que sería más cuidadoso para no ser atrapado”

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