La adicción a las pantallas es un trastorno del comportamiento que ha adquirido una prevalencia creciente en los últimos años. Aunque puede afectar a personas de todas las edades, es especialmente habitual entre niños y en los adolescentes, con consecuencias realmente preocupantes. En la infancia, se asientan las bases para el desarrollo emocional de una persona y, en la adolescencia, se suman los procesos identitarios y de autodefinición vinculados a la transición a la edad adulta. La irrupción de problemas como las adicciones a las pantallas durante estas etapas les resultan muy desestabilizadores y pueden tener consecuencias a largo plazo.