Hermana, ¿sientes que a veces no puedes controlar la forma en que te apropias o empatizas con los sentimientos de otras personas? ¿Te ha pasado que de tanto implicarte para ayudarles terminas cayendo en el hueco en el que están, y luego te quedas ahÃ, sufriendo y sin poder salir?
Hoy vamos a hablar de ello, porque es una situación que nos pasa constantemente. Y si siempre te incito a empatizar, a ponerte en el lugar de las otras, hoy quiero convidarte a que lo hagas con conciencia. A que le pongas frenos a los sentimientos. No está mal hacerlo, sobre todo cuando estos te llevan al caos y te apartan de las soluciones.
Recuerda que, para ayudar, primero debes estar bien tú.