La hermandad es una de las relaciones más bonitas que tengo en mi vida.

Es lo que me ha hecho crecer ante infinidad de situaciones. Me ha convertido en una mujer más reflexiva. Me ha llevado a perdonar y perdonarme a mí misma. Y también me ha obligado a quitarme del centro para hacer y ser por otra persona.

Mi hermana no lo es de sangre, y aunque sí tenemos lazos sanguíneos, nos une mucho más el amor. Ella y yo somos hermanas por elección, y porque el universo nos juntó desde antes de nacer.

¿Que hemos tenido momentos convulsos, días malos y hasta periodos de distanciamiento? Es cierto. Pero lo hemos visto como la oportunidad para crecer nuestra relación y fortalecer nuestra hermandad.

Y sobre eso te queremos contar hoy en este episodio. Prepárate hermana, que, como nosotras, seguro vas a llorar, y a reírte muchísimo.