Salirnos de la norma, romper con estereotipos, no hacerle el juego al cliché; dejar de ser ese ser programado que esperan que seamos, desde la familia, desde el trabajo, desde la pareja, desde la sociedad, desde nuestro yo complaciente con el mundo. Eso es quitarnos el chip, hermana.
Y es lo que quiero que, al menos, comprendamos con este episodio.
Aunque crecer duele, y duele autoanalizarnos, reconocernos, proyectarnos, elegir, madurar, perdonar, dejar ir, andar por donde no sabÃamos que se podÃa, llevarnos por los instintos, por lo que nos hace sentir bien, nadar contra corriente es la única manera de ser fieles a lo que somos y sanar completamente.