Titivilus o Tutivilus es un demonio burlón que a todos los que nos gusta escribir o nos dedicamos a hablar nos ha molestado alguna vez. Cuentan que en la Edad Media era el encargado de introducir y recopilar errores y faltas de ortografía en los textos que iban escribiendo los monjes en los scriptorium y así provocar constantemente sus equivocaciones.
También intercede durante los actos religiosos, despistando a los clérigos para que se equivoquen durante las misas.
Hoy hablo de este demonio juguetón que nos roba las letras y de una “Biblia maldita” donde se puede leer en el séptimo mandamiento “Cometerás adulterio”.