¿Sabías que estas partículas diminutas están por todas partes? Desde el aire que respiramos en Cuenca hasta el agua que bebemos, los microplásticos nos están invadiendo. Pero, ¿cómo entran a tu cuerpo? Principalmente a través de lo que comes y bebes, ya que están en tus alimentos y agua. También los inhalas sin darte cuenta y, en menor medida, pueden tener contacto con tu piel a través de ciertos productos.

Una vez dentro de tu organismo, tu cuerpo los detecta como extraños, y esta respuesta puede provocar inflamación crónica. Esta inflamación persistente se vincula con varias condiciones de salud. Por ejemplo, podrían afectar tus arterias y contribuir a enfermedades cardiovasculares. La investigación también sugiere la posibilidad de que lleguen a tu cerebro, relacionándose con enfermedades neurodegenerativas. Y, debido a que la inflamación crónica es un factor de riesgo conocido, existe un posible vínculo con el cáncer.

Aunque el panorama es preocupante, ¡pequeños cambios hacen una gran diferencia! Para reducir tu exposición, disminuye tu uso de plásticos optando por alternativas reutilizables. Consume de forma consciente eligiendo productos con menos empaque y apoya las iniciativas locales en Cuenca para un ambiente más limpio.

¡Tu salud y nuestro planeta te lo agradecerán! ¿Qué hábito cambiarías hoy para reducir tu exposición a microplásticos? ¡Déjanos tu comentario! 👇

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