Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo (1 Corintios 3:11).La Biblia relata cómo Pedro sanó a un hombre paralítico en la puerta del templo llamada la Hermosa. Aunque aquel hombre llevaba en tal situación desde su nacimiento, Pedro sabía que la Palabra podía transformarle. Cuando hizo esa afirmación en el Nombre de Jesús, aquel hombre fue sanado por completo (Hechos 3:1-8). Si la Palabra pudo cambiar la vida de un hombre adulto, que estaba paralítico desde su nacimiento; entonces, puede cambiar a cualquiera. La Palabra de Dios tiene poder para sanar a un hombre enfermo, para convertir a un pecador en un santo, y a un fracasado en un éxito.