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Comencemos recordando que, lamentablemente, no tenemos los documentos originales de la Biblia. Los textos hebreos y griegos originales del Antiguo y Nuevo Testamento desaparecieron hace mucho tiempo. Lo que tenemos son copias manuscritas, de diferentes épocas y calidades, pero que, sorprendentemente, están en mejor estado que los escritos de autores clásicos como Platón o Virgilio. Los manuscritos más antiguos de la Biblia, como el Codex Alejandrino y el Codex Vaticano, datan de los siglos IV y V, y los papiros, descubiertos en el siglo XIX, han aportado información valiosa sobre el texto.
By Emmanuel Patiño MonsalveComencemos recordando que, lamentablemente, no tenemos los documentos originales de la Biblia. Los textos hebreos y griegos originales del Antiguo y Nuevo Testamento desaparecieron hace mucho tiempo. Lo que tenemos son copias manuscritas, de diferentes épocas y calidades, pero que, sorprendentemente, están en mejor estado que los escritos de autores clásicos como Platón o Virgilio. Los manuscritos más antiguos de la Biblia, como el Codex Alejandrino y el Codex Vaticano, datan de los siglos IV y V, y los papiros, descubiertos en el siglo XIX, han aportado información valiosa sobre el texto.