La metástasis no es solo un viaje…
es una declaración de guerra desde dentro.
Una célula que escapa al control,
que cruza límites que jamás debió atravesar,
nos recuerda cuán frágil puede ser el equilibrio entre salud y enfermedad.
Pero también nos recuerda algo más:
Cada nuevo descubrimiento,
cada avance en la comprensión de estos procesos,
es una oportunidad para detener esa migración silenciosa.
Para intervenir. Para proteger.
Porque cuando entendemos a nuestros inquilinos invisibles,
nos volvemos mejores anfitriones.
Y, sobre todo, mejores defensores de nuestra propia biología.