¿Qué haces cuando la espera se vuelve pesada?

¿Cómo sigues creyendo cuando el cuerpo avanza… pero el alma se cansa?

¿ Y si la fe, antes de correr, necesita respirar?

Después de tantos días intensos, espera de la cirugía, búsqueda de recursos, noticias inciertas, cansancio acumulado, llegó un momento inesperado:

el alma pidió un respiro.

Y Dios lo concedió.

No apresuró el proceso,

pero calmó el corazón.

No abrió la puerta todavía,

pero devolvió la paz.

En este episodio descubrimos una verdad profunda:

hay etapas donde la fe no desaparece… solo baja el ritmo.

No se pierde,

solo necesita aire.

Entendemos que Dios también habla en los momentos de pausa.

Dios también restaura cuando nos detenemos.

Dios también fortalece cuando el alma respira.

Si estás cansado, drenado, deprimido, esperando, o simplemente con el alma agotada…

este episodio es para ti.

Deja que el alma respire…

y deja que Dios hable en la calma .