Hace unos meses me robó una app. En serio, me robó, tal cual. ¡Y encima haciéndome partícipe en el proceso! Y todo fue debido a su baja usabilidad.
Nuestra relación empezó bien. El efecto "wow!" estaba completamente conseguido y me cautivó nada más abrirse. Pero el amor intenso inicial fue efímero.
Finalmente, lo que había sido amor a primera vista se convirtió en odio cuando llegó el gran timo.
Si quieres descubrir cómo ser un diseñador de apps que enamoran y fidelizan a los usuarios creando una elevada experiencia de usuario y, sobretodo, no timan a nadie, te invito a escuchar el episodio de hoy.
PS: Si lo escuchas también descubrirás cómo acabó mi affair con la dichosa app ;)