La historia original que te presento, habla de cómo inculcar a los niños, valores de generosidad, solidaridad y apoyo a los más necesitados.

Partiendo de una realidad, que es vivida por muchas familias en el mundo y en especial la migración venezolana, donde personalmente he oído y observado a través de medios de difusión, testimonios sobre la travesía en largas y agotadoras caminatas que realizan grupos de personas, donde hay niños menores de edad, quienes desafortunadamente pasan por situaciones que ningún ser humano merece.

Es un llamado a la tolerancia con las personas que hemos abandonado nuestros países por diferentes razones y que, en cada maleta, depositamos todas las esperanzas de tener un presente próspero; con el perenne anhelo de regresar a esa hermosa tierra que nos vio nacer.

Es un reconocimiento y darle una voz de esperanza a los miles de refugiados en el mundo que en cada paso, en cada albergue, en cualquier lugar de acogida, tienen sus sueños comprometidos, pero también es ese “Refugio de Sueños”, que con fe y optimismo los motiva a seguir adelante.

Debemos aprender todos los días a ser promotores del agradecimiento por todo lo que tenemos y lo que aún nos falta conseguir responsablemente, además de valorar cada momento con nuestros seres queridos.

En la voz de Gary: mi hijo Santiago.
En la voz de la mamá: mi gran amiga Maria Alejandra Álvarez.