Parte dos de la derrota de los romanos frente a los samnitas en las Horcas Caudinas. Tambien ofrecemos un pequeño homenaje a aquellos primeros gladiadores de Roma.
Transcripción Parcial del Episodio
Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.
El Cuento de Roma, Episodio 38 — Los Primeros Gladiadores.
Si el tema del episodio pasado fue clausura, el tema de este episodio es la vergüenza.
Así es. El episodio pasado tuvimos la clausura de las guerras latinas, la vida de Decio Mus, pueblos varios en Italia, y en nuestra saga familiar, la muerte de Marco el Gladiador, Marcia, y Aeliana.
En este episodio, el tema es vergüenza y humillación, y ya veremos por qué.
En Roma, primero llegaron noticias de que el ejército romano había sido atrapado en las Horcas Caudinas.
No sabiendo aun los detalles de lo que pasó, el Senado romano inmediatamente comenzó a llamar a gente para formar un ejército nuevo, creyendo que enviando a más tropas se resolvería la situación.
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Cayo Poncio les preguntó si entre los 50 mil hombres atrapados se encontraba algún sacerdote fetial, a lo que los romanos respondieron que no.
Entonces, Cayo Poncio les leyó las condiciones, a saber:
UNO — Todos los romanos entregarían todas sus armas, escudos, yelmos, sandalias, y demás pertenencias a los Samnitas. Solo se podían quedar con un articulo de ropa.
DOS — Todos los romanos pasarían bajo un yugo construido con tres lanzas o jabalinas romanas, dos de ellas clavadas en la tierra, y la tercera unida a las dos, actuando como un arco. Ese arco sería tan bajo, que hasta los romanos de baja estatura tendrían que inclinarse hacia adelante para poder pasar bajo el yugo, en una vergonzosa posición de rendición.
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