La práctica del Boogie se ha convertido en un ritual de la cultura afrocostarricense en espacios específicos, por ejemplo: La Caribeña, el Grand Parade, entre otros. Esto permite repensar su práctica como elemento inherente a la cultura de Limón y parte integrante de su patrimonio cultural, mediante la transmisión de generación en generación, el sentimiento de pertenencia e identidad hacia la coreografía y la diversidad cultural y creatividad humana que despliega la práctica del Boogie.