El “inversor de postal”

Todos hemos conocido a uno.

Ese tipo que presume de ser “inversor”… pero no invierte ni en su propia sombra.

Habla de startups, de equity, de Bitcoin, de private equity… pero en su cartera lo único que tiene es polvo y un par de memes financieros descargados de Instagram.

El inversor de postal vive de postureo:

• Sube fotos con libros que no ha leído.

• Usa palabras como seed round o liquidez sin saber lo que significan.

• Te explica cómo hacerte millonario, pero no llega a fin de mes.

En el fondo no es inversor, es coleccionista de frases motivacionales.

Lo que le da miedo no son los mercados, son los riesgos reales.

Prefiere hablar de rentabilidad teórica que poner dinero de verdad en juego.

La diferencia entre un inversor real y uno de postal es simple:

El inversor real arriesga, pierde, aprende y vuelve a jugar.

El de postal… solo habla.

Y recuerda: en el mundo de la inversión, la única credencial válida no es tu speech, es tu skin in the game.

Así que la próxima vez que alguien te venga con su película de “soy inversor”… pregúntale:

¿Dónde está tu dinero trabajando?

Si no hay respuesta, no es inversor.

Es solo un decorado.

Un inversor de postal.