Oswaldo me cuenta como una experiencia cercana a la muerte le fortaleció y cambió su vida.
“Yo me devolví después de casi un año de reposo que ya medio podía, todavía andaba con los bastones… estaba con los bastones pero me sentía un poco más ágil, me devolví hasta donde me atropellaron y cruce la calle. Fue 45 minutos cruzando. Me costaba mucho. De hecho cruzo, llego hasta la isla donde uno debe esperar para luego cruzar y fue complejo.
Pero es que yo decía ¨Es la única manera de salir de este peo, yo no puedo estar toda la vida de repente con un frenazo con terrores al autobús”