Qué diferente sería todo si no nos resistiéramos a su flujo y cambio constante. Si permitiéramos que su impulso nos guiara corriente abajo hacia el origen de todo. Por el contrario, intentamos contenerla, desviarla, reducirla, detenerla… Y nos vamos agotando en ese navegar en dirección opuesta hasta dejar de oír su canto, la nana del agua.

En este último episodio de la primera temporada de Latir en Reposo, te invito a conectar con el agua y con tu parte líquida para fluir mejor con la vida.

Nos encontramos dentro de un mes. Ahora toca dejar espacio para crear e integrar. Gracias por tu apoyo. Aquí tienes material para seguir disfrutando de él.

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