Para ser feliz siempre necesitarás a alguien que te complemente (porque vivimos en un mundo dual) por lo tanto no podrás saber quién eres si no tienes un espejo, alguien que te refleje y te permita saber quién y cómo te comportas.

La felicidad se encuentra en un espacio-tiempo vacío entre lo que tú piensas de ti mismo y lo que los demás piensan de ti. Cuando sabes navegar entre lo que tú haces (o crees que tienes que hacer) y lo que los demás piensan que tienes que hacer entras en un estado de paz interior, de felicidad.