A lo largo de 5 domingos hemos estado viendo la importancia de ordenar cada área de nuestra vida. Dios nos enseña a hacerlo de la mejor manera, dándonos el camino y la manera en que debemos hacerlo. Una vida ordenada o desordenada posee las mismas características que cualquier espacio ordenado o desordenado. En algún momento tenemos que decidir qué hacer con ese espacio. En muchas oportunidades decidimos hacer orden enviando cosas al galponcito del fondo o acomodando las cosas en otro lugar, pero pocas veces decidimos hacer orden poniendo las cosas en su verdadero lugar o decidiendo tirar aquello que ocupa lugar y no sirve. Debemos aprender a hacer orden en nuestra vida para ser felices y no andar por la vida siendo acumuladores seriales de cosas que no nos agregan valor.