Oír la Palabra de Dios tiene que ver una estrecha relación con su Palabra, leerla con disciplina, deleite, con una deseo de aplicarla todos los días a nuestra vida.
Oír la Palabra de Dios tiene que ver una estrecha relación con su Palabra, leerla con disciplina, deleite, con una deseo de aplicarla todos los días a nuestra vida.