En esos días en que sentimos que nos abruma la soledad, podemos tomarnos un momento más para escuchar la voz del Señor. Las líneas de comunicación están siempre abiertas y la voz de Dios tiene el poder de transformarnos.
En esos días en que sentimos que nos abruma la soledad, podemos tomarnos un momento más para escuchar la voz del Señor. Las líneas de comunicación están siempre abiertas y la voz de Dios tiene el poder de transformarnos.