Cada época significativa se compone de detalles que, construidos con esfuerzo y cariño, y al calor de un gran grupo humano, dan sentido a cada uno de esos días que denominamos “especiales”. La Navidad, en Cascante, no tendría sentido sin el tesoro que cada año podemos contemplar en la Basílica del Romero. Esa joya del patrimonio inmaterial y la cultura popular no es otra que el Belén del Romero, un portento de la estética y la mecánica que, con mimo y paciencia, levanta, durante meses, un nutrido grupo de vecinas y vecinos de forma voluntaria. Hoy salimos de nuevo fuera del estudio para conversar, grabadora en mano, con parte de ese grupo de voluntariado que hace posible el Belén. La intrahistoria, los detalles del montaje, datos y orígenes, anécdotas y vivencias construyen un relato a once voces, donde comprobamos que la ilusión por innovar y ofrecer lo mejor convierte a este grupo de personas en auténticos colegas. Las voces de Yolanda, María, Mª Ángeles, Enzo, Mario, Loli, Lucía, Mª Jesús y Silvia son portavoces del trabajo que compone un número de personas mucho mayor.