Esperar no es tarea fácil, ver como nada cambia, observar como todo sigue igual y que teniendo el poder para cambiar las cosas, debamos quedarnos quietos y no hacer nada es casi pedir un imposible.
Esperar requiere fe, agallas y coraje para permanecer cuando la mayoría abandona, da la vuelta y renuncia.
Sé muy bien que esperar, duele y mucho, pero en ciertos casos esperar es el mayor acto de fe que podemos mostrar.