Hoy vengo a decirte de parte de Dios: "Esto también pasará".
Solo confía y deja que Él pelee tus batallas, porque no son tus fuerzas, sino su mano la que te dará la victoria.
Ninguna situación es permanente, pero el amor y la fidelidad de Dios, sí lo son, por lo tanto, aunque tengas muchos días difíciles, jamás tendrás un día sin Dios.
Éste es el momento justo para buscarle y es el escenario perfecto para que Dios haga un milagro en tu vida.
Sólo debes creer y confiar que Él cumplirá en ti, lo que dice su palabra.
Así que levántate, seca tus lágrimas y cuando sientas que las circunstancias te ahogan, recuerda que tu salvador camina sobre las aguas.