El texto explora el significado de la Exaltación de la Santa Cruz, conmemorada el 14 de septiembre, presentando un pasaje clave del Evangelio según San Juan (3, 13-17). Se enfatiza que este pasaje revela el amor incondicional de Dios manifestado a través del sacrificio de su Hijo en la cruz, ofreciendo vida eterna a quienes creen. La cruz, tradicionalmente vista como un símbolo de sufrimiento, es recontextualizada como un emblema de victoria, amor y salvación. Adicionalmente, se trazan paralelos con la serpiente de bronce levantada por Moisés, simbolizando la sanación a través de la fe en Cristo, y se invita a los creyentes a abrazar sus propias cruces con esperanza.