Jesús busca una respuesta de convicción personal en la soledad de la oración, más allá de las opiniones populares que lo identificaban con Juan el Bautista o Elías. La reflexión destaca la confesión de Pedro, “El Mesías de Dios”, como una revelación fundamental que inmediatamente es seguida por el anuncio de Jesús sobre su sufrimiento, rechazo y resurrección. Además, se ofrecen datos curiosos sobre el secreto mesiánico y la importancia del "lugar solitario" en el evangelio de Lucas, concluyendo con consejos prácticos para vivir y responder a esta pregunta central en la vida diaria.