El propósito central es mostrar que Jesús es el puente o "escalera" definitivo que conecta el cielo con la tierra, uniendo la realidad humana con la divina. A través de la anécdota de Jesús viendo a Natanael "debajo de la higuera"—símbolo de meditación y sinceridad—el autor enfatiza que Dios nos ve y nos conoce en lo más íntimo, lo cual debe llevarnos a una fe total. Finalmente, el mensaje conecta esta promesa celestial con los tres arcángeles, cuyas misiones de protección, anuncio y sanación son presentadas como evidencia de que el cielo no está distante