Este pasaje evangélico, extraído de San Lucas, presenta las enseñanzas de Jesús sobre la humildad y el juicio, utilizando la potente analogía de la paja y la viga. La reflexión posterior profundiza en la importancia del autoexamen antes de intentar corregir a otros, señalando la hipocresía de ver los defectos menores ajenos mientras se ignoran los propios mayores. Se enfatiza que la verdadera corrección fraternal surge de un corazón purificado y arrepentido, siendo la conversión personal el primer y fundamental paso. Finalmente, se ofrecen datos interesantes sobre el original griego y sugerencias prácticas para aplicar estas enseñanzas en la vida diaria, promoviendo la humildad radical y la oración.