Este pasaje del Evangelio de Lucas relata un evento donde Jesús, al ser observado atentamente por fariseos hostiles durante una comida sabática, decide sanar a un hombre que padecía de hidropesía (edema). El texto establece una clara tensión entre la Ley y la Misericordia, destacando que los fariseos observaban a Jesús no para aprender, sino para acusarlo por curar en el día de descanso. Jesús confronta su legalismo e hipocresía preguntando si está permitido curar en sábado, y ante el silencio de ellos, procede a sanar al hombre, demostrando que la compasión siempre tiene prioridad sobre la norma. La reflexión enfatiza que el propósito del "sábado" (la regla) es servir al hombre, y llama al lector a identificar y romper los "sábados" personales que impiden la acción de amor.