Somos personas amadas por Dios, creadas para amar a Dios, amar a otros y cuidar del mundo que Él ha hecho. Lo que amamos nos transforma. Nuestra identidad no se encuentra al ver hacia dentro de nosotros, sino al fijar nuestra mirada en Dios.
Somos personas amadas por Dios, creadas para amar a Dios, amar a otros y cuidar del mundo que Él ha hecho. Lo que amamos nos transforma. Nuestra identidad no se encuentra al ver hacia dentro de nosotros, sino al fijar nuestra mirada en Dios.