Éxodo 19: Un Llamado Exclusivo Divino.

Éxodo 19:1-13:
1 En el mes tercero después de la salida de los hijos de Israel de la tierra de Egipto, en ese mismo día llegaron al desierto de Sinaí. 2 Partieron de Refidim y llegaron al desierto de Sinaí, e Israel acampó allí en el desierto frente al monte. 3 Entonces Moisés subió para encontrarse con Dios, y el SEÑOR lo llamó desde el monte, diciendo: —Así dirás a la casa de Jacob y anunciarás a los hijos de Israel: 4 “Ustedes han visto lo que he hecho a los egipcios, y cómo los he levantado a ustedes sobre alas de águilas y los he traído a mí. 5 Ahora pues, si de veras escuchan mi voz y guardan mi pacto, serán para mí un pueblo especial entre todos los pueblos. Porque mía es toda la tierra, 6 y ustedes me serán un reino de sacerdotes y una nación santa”. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel.
7 Entonces Moisés volvió y llamó a los ancianos del pueblo, y expuso en su presencia todas estas palabras que el SEÑOR le había mandado. 8 Todo el pueblo respondió a una, y dijo: —¡Haremos todo lo que el SEÑOR ha dicho!
Y Moisés repitió al SEÑOR las palabras del pueblo.
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En éste capítulo vemos una conversación entre Dios y Moisés. Dios, en este momento, hizo un llamamiento voluntario al pueblo de Israel.
Recordemos que Dios sacó a Israel de Egipto por el compromiso que Dios hizo con Abraham de sacar a su pueblo después de 400 años viviendo en Egipto. Ahora es diferente. Después de haberlos librado de la esclavitud, Dios hizo una propuesta a Israel. Dios quiso escogerlos a ellos para que sean un pueblo especial, ¡un pueblo que sea un reino de sacerdotes! Dios quería convertir este grupo de ex-esclavos en sacerdotes, en personas que tuvieran acceso directo con la presencia de Dios, que tengan una comunión íntima con el Todopoderoso pero con la condición de que el pueblo de Israel se separe voluntariamente del mal y siga los mandamientos de Dios. El pueblo aceptó contento el llamado de Dios.
Esto es significativo porque es de la misma manera que Jesucristo hizo con nosotros. ¡Después de sacarlos de la esclavitud del pecado, haciendo su obra magnífica en la cruz del calvario derramando su sangre preciosa, y conquistando el reino de las tinieblas, ahora el Señor Jesucristo llama al mundo entero a que, voluntariamente, se conviertan en un pueblo escogido de reyes y sacerdotes para Dios!
También, el Señor Jesucristo sigue haciendo este llamamiento con una condición: que nosotros nos separemos del mal y vivamos vidas conforme a su mandamiento.
Jesús nos pide que nos arrepintamos de nuestras faltas, que nos bauticemos en su Nombre y que seamos llenos de su santo Espíritu; pues es la forma en que Dios nos purifica y santifica para después usarnos como instrumentos en sus manos. Todo aquel que acepta su llamado se convierte en embajador del reino de los cielos, en intercesor entre Dios y la humanidad que todavía no lo conoce, y en un conducto del poder de Dios manifestándose en el mundo.

Te animo para que tomes hoy la decisión de no vivir un cristianismo pasivo, viviendo atemorizado o derrotado por el adversario. Ya no te dejes atraer más por las tentaciones terrenales. No te dejes entretener más por las atracciones de este mundo.
Activa tu fe, consagrando tu vida al servicio del Señor, siendo sensible a la voz de Dios. Esa voz ya no es como la del monte Sinaí donde hablaba con voz de truenos y relámpagos, donde el pueblo de Israel temblaba de miedo.
Ahora la voz de Dios es apacible, amorosa, que con paciencia está llamando para que podamos disfrutar de la verdadera libertad que Dios nos ofrece para entrar al lugar santísimo, a la misma presencia gloriosa de Dios donde los ángeles adoran al Señor, y así poder entender y hacer su voluntad.
Acércate junto con tu familia sin temor, y comiencen a servir al Señor como reyes y sacerdotes del Dios Altísimo.
El escritor de...