Éxodo 32: Reacciones Destructivas.

Éxodo 32:7:
7 Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: —Anda, desciende, porque tu pueblo que sacaste de la tierra de Egipto se ha corrompido. 8 Se han apartado rápidamente del camino que yo les mandé. Se han hecho un becerro de fundición, lo han adorado, le han ofrecido sacrificios y han dicho: “¡Israel, este es tu dios que te sacó de la tierra de Egipto!”. 9 —Le dijo, además, a Moisés—: Yo he visto a este pueblo, y he aquí que es un pueblo de dura cerviz. 10 Ahora pues, deja que se encienda mi furor contra ellos y los consuma, pero yo haré de ti una gran nación.
11 Entonces Moisés imploró el favor del SEÑOR su Dios, diciendo: —Oh SEÑOR, ¿por qué se ha de encender tu furor contra tu pueblo que sacaste de la tierra de Egipto con gran fuerza y con mano poderosa? 12 ¿Por qué han de hablar los egipcios diciendo: “Los sacó por maldad, para matarlos sobre los montes y para exterminarlos sobre la faz de la tierra”? Desiste del ardor de tu ira y cambia de parecer en cuanto a hacer mal a tu pueblo. 13 Acuérdate de Abraham, de Isaac y de Israel tus siervos, a quienes juraste por ti mismo y les dijiste: “Yo multiplicaré su descendencia como las estrellas del cielo, y daré a su descendencia toda esta tierra de la cual he hablado. Y ellos la tomarán como posesión para siempre”.
14 Entonces el SEÑOR cambió de parecer en cuanto al mal que dijo que haría a su pueblo.
15 Entonces Moisés se volvió y descendió del monte trayendo en sus manos las dos tablas del testimonio, tablas escritas por ambos lados; por uno y otro lado estaban escritas. 16 Las tablas eran obra de Dios, y la escritura era escritura de Dios, grabada sobre las tablas.
17 Al oír Josué el estruendo del pueblo que gritaba, dijo a Moisés: —¡Estruendo de batalla hay en el campamento!
18 Pero Moisés respondió: —No es estruendo de victoria ni estruendo de derrota. Yo escucho estruendo de cantares.
19 Aconteció que cuando llegó al campamento y vio el becerro y las danzas, la ira de Moisés se encendió, y arrojó las tablas de sus manos y las rompió al pie del monte.

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En el capítulo de hoy hay varios detalles que no leímos, así que no olvides leer el capítulo completo.
Este evento es muy doloroso porque vemos el momento donde el pueblo de Israel le dio totalmente la espalda al Señor.
Parece increíble ver cómo todo un pueblo actuó en desobediencia y rebeldía después de haber sido esclavos por siglos y haber sido liberados por Dios al escuchar su clamor, después de ser testigos de las poderosas obras de Dios al rescatarlos de sus enemigos, de ver a sus opresores flotando en el mar Rojo, después de ver caer pan del cielo para el sustento de sus vidas; nada de esto sirvió para afirmar la fe de los israelitas en el Señor.
Unos días atrás ellos habían jurado hacer todo lo que Dios les había mandado para recibir la promesa. ¡40 días después estaban adorando a un becerro de oro!

Hay mucho que aprender de esto pero podemos deducir algunos puntos importantes para este devocional:
Uno, el corazón de esclavo que Israel todavía tenía. Vamos a mirar más adelante las veces que siempre desearon volver a Egipto en momentos de prueba. El becerro era un animal adorado en Egipto y por eso, para ellos, fue una figura familiar que representaría la figura de Dios.
Dos, la necesidad de Israel de tener una imagen visual de su Dios cuando no era necesario, pues Dios estaba presente en medio de ellos de forma majestuosa como en una columna de nube y fuego. ¡Nunca menospreciemos las maravillas que Dios ha hecho en nosotros; esa es la mejor forma de creer en un Dios invisible y eterno sin necesidad de tener una estatua de oro o imagen enfrente nuestro!
Tres, su impaciencia. Ellos asumieron que Moisés había muerto, pues no aparecía después de 40 días. Ellos tomaron una decisión apresurada sin consultar a Dios. Tengamos cuidado de tomar...