Después de pasar por dos historias maravillosas llenas de fe, el evangelista Marcos nos presenta un caso de incredulidad latente.
Jesús va Nazareth, a su tierra natal. Al principio todo es admiración, luego rechazo, incredulidad total. No es posible que el hijo del carpintero ahora enseñe y haga lo que Jesús hace, decían.
Luego Jesús envía a sus discípulos de dos en dos a predicar, y les aclara que es posible que muchos no crean. Tal como le pasó a Herodes quien escuchó de la fama de Jesús pero nunca creyó en él.
Musicalización Natanael Ospina.