Lucas 5:12‭-‬16 RVA2015:
Aconteció que, estando Jesús en una de las ciudades, he aquí había un hombre lleno de lepra. Él vio a Jesús y, postrándose sobre su rostro, le rogó diciendo: —Señor, si quieres, puedes limpiarme. Entonces extendió la mano y lo tocó diciendo: —Quiero. ¡Sé limpio! Al instante la lepra desapareció de él. Y Jesús le mandó que no se lo dijera a nadie; más bien, le dijo: —Ve y muéstrate al sacerdote y da por tu purificación la ofrenda que mandó Moisés, para testimonio a ellos. Sin embargo, su fama se extendía cada vez más y se juntaban a él muchas multitudes para oírlo y para ser sanadas de sus enfermedades. Pero él se apartaba a los lugares desiertos y oraba.

El Señor se conmueve al ver el sufrimiento y el dolor de un enfermo, especialmente la lepra, que era una enfermedad muy dolorosa y vergonzosa.
El leproso era alguien denominado inmundo, y nadie debería estar cerca de él y mucho menos tocarlo.
Pero hay algo que al Señor lo conmueve y es una persona que quiere cambiar y pide conforme a su necesidad.
Aquí vemos una combinación de acciones que llevaron al leproso su sanidad:
Primero, el leproso se acercó a Jesús cuando vio que Jesús se acercaba.
Jesús dijo: “Vengan a mí, todos los que están fatigados y cargados, y yo los haré descansar”. Mateo 11:28.

Segundo, el leproso aprovechó la oportunidad cuando Él pasaba y clamó.
Dios dice en Jeremías 29:12-14 RVA2015: Entonces me invocarán. Vendrán y orarán a mí, y yo los escucharé. Me buscarán y me hallarán, porque me buscarán con todo su corazón. Me dejaré hallar de ustedes, dice el SEÑOR, y los restauraré de su cautividad.

Tercero, se humilló. El Señor no desprecia un corazón contrito y humillado.
Salmos 51:17 RVA2015: Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado. Al corazón contrito y humillado no desprecias tú, oh Dios.

Y cuarto, el leproso declaró con fe que el Señor podía limpiarlo.
Lucas 11:9 RVA2015: Y yo les digo: Pidan, y se les dará; busquen, y hallarán; llamen, y se les abrirá.
Juan 16:24 RVA2015: Hasta ahora no han pedido nada en mi nombre. Pidan y recibirán, para que su gozo sea completo.

Esto movió al Señor a actuar, y en ese mismo instante, con sólo la declaración del Señor, el leproso fue sano.

Al final, el Señor lo envía al templo para que sea certificado por la ley de que ya no es leproso y poder retornar a la sociedad como un hombre sano, sin la etiqueta de inmundo porque ha sido purificado.

Sigue el ejemplo del leproso y recibe la restauración de tu familia, cree que Él lo puede hacer, muévete con fe. Cuando muchos vean cómo Dios te ha transformado, muchos creerán en nuestro Dios de maravillas.

Permite que el Señor transforme tu vida, sólo dile: "si tú quieres, puedes hacerlo".

No olvides leer todo el capítulo completo. Mañana seguimos con otro episodio del devocional: Hogares de Pacto, y que el Señor escuche tu oración cuando le llames con confianza.

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