Palabra de Dios: “¿Hasta cuándo, Jehová? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás tu rostro de mí?¿Hasta cuándo pondré consejos en mi alma, con tristezas en mi corazón cada día? ¿Hasta cuándo será enaltecido mi enemigo sobre mí?” Salmos 13:1-2

“Él es quien preservó la vida a nuestra alma, y no permitió que nuestros pies resbalasen. Porque tú nos probaste, oh Dios; nos ensayaste como se afina la plata. Nos metiste en la red; pusiste sobre nuestros lomos pesada carga. Hiciste cabalgar hombres sobre nuestra cabeza; pasamos por el fuego y por el agua, y nos sacaste a abundancia.” Salmos 66:9-12

Perlas: Nuestro amigo David también fue probado una y otra y otra vez. También tuvo sus momentos de ¿por qué a mí? También hizo muchas preguntas y tuvo muchas conversaciones con Dios. Se presentaba ante el Señor así como estaba, tal como era, tal como se sentía, era honesto y además siempre se postraba y adoraba…y Dios le respondía, y no solo eso, sino que Dios dijo que David era un hombre conforme a Su corazón. Wow…eso definitivamente no lo dijo porque David haya sido perfecto y sin mancha, todos sabemos que no fue así; yo con los años he podido discernir que tiene ver con ese corazón de David honesto, humilde, capaz de postrarse y adorar a Dios en medio de las pruebas más duras de la vida. 

David fue probado. Cada prueba fue necesaria para prepararlo para ser rey, para su misión y llamado. Las pruebas por  las que pasó David fueron enormes. Se sintió desesperado y abandonado por Dios, pero nunca dejó de buscar Su Presencia, Sus respuestas, nunca dejó de creer ni adorar. El tamaño de las pruebas fue directamente proporcional al tamaño de su llamado. David aprendió muy bien cómo las pruebas fueron como ese fuego necesario que lo purificó y afinó como se afina la plata, y es hermoso cuando dice que lo “sacó a abundancia”…la bendición que viene después de la prueba.

El fuego de las pruebas definitivamente nos purifica y nos prepara para cumplir el llamado y el propósito de Dios en nuestras vidas. Lo vemos a lo largo de la vida de David, lo vemos a lo largo de la Biblia, lo vemos a lo largo de tu vida y la mía. El fuego de las pruebas ha consumido aspectos de nuestro carácter que no eran agradables al Señor y no nos permitían ser útiles en Sus manos. A través del fuego de las pruebas de la vida he aprendido a conocer quién es Dios y quién soy yo para Él. He aprendido mucho acerca de mi bajeza y de mi pequeñez, que no soy nada sin Él. He aprendido qué es creer sin ver. He aprendido a caminar en la oscuridad. He aprendido a lanzarme al vacío confiando en Sus promesas. He aprendido a obedecer sin entender. He aprendido a ver lo que mis ojos no ven. He aprendido a vivir con la expectativa de…¿y qué vas a hacer ahora Señor? ¿Qué me quieres enseñar en este tiempo? ¿Cómo vas a hacer para que yo pueda, no únicamente sobrevivir a esta prueba, sino salir de ella triunfante? He aprendido a no perder el tiempo peleando con Él, ni reclamarle, ni quejarme, ni nada de lo que antes hacía. He aprendido a adorarle con mis lágrimas y con mi poca fuerza. He aprendido que TODO obra para bien para los que lo amamos. He aprendido que no tengo que entender, sino creer y obedecer. He aprendido que yo no soy quién para cuestionar a Dios…pero he aprendido que soy la niña de Sus ojos, que puedo recostarme en Su pecho, llorar y hacerle preguntas…aunque no me las responda…he aprendido que Su amor y Su abrazo son más que suficientes, y que Él es todo lo que necesito.

Oración: Señor, Padre amado, Jesús mi amigo fiel, gracias por amarme como me amas y porque nada, absolutamente nada de lo que estoy viviendo se ha salido de Tus manos ni de Tu perfecta soberanía. Descanso en el saber que no estoy solo, que Tú estás conmigo en medio de la prueba, que saldré triunfante de Tu mano, más fuerte en Ti, más grande en Ti, con una fe más...

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