Hay mucho por lo cual agradecer, porque hoy celebramos la vida, la familia.
Pero más allá de todas estas cosas, permite que, aquel que nació en un pesebre hace más de dos mil años, que dió su vida por nosotros y que nos ha permitido llegar a este día, hoy no vuelva a nacer en un pesebre, sino en el más exclusivo lugar de tu corazón.
Permite que Él cambie tu vida y reescriba tu historia.