Tras la muerte de la Reina María Isabel de Braganza el 28 de diciembre de 1818, el problema sobre la descendencia del rey Fernando VII seguía sin resolverse.
Recordemos que esta era su segunda mujer, y en ninguno de sus dos matrimonios anteriores había dejado descendencia, para alegría de su hermano Carlos Isidro, que se convertiría en rey, a la muerte de Fernando de no haber descendencia masculina