
Sign up to save your podcasts
Or


En la vida cristiana existe una fragancia que no se compra ni se fabrica: se recibe. Es el aroma santo que queda en el alma cuando hemos estado con Dios. La Escritura dice que a Pedro y a Juan “les conocían que habían estado con Jesús”… y esa sigue siendo la marca que distingue a los hijos de la luz.
Esta reflexión nos recuerda que cada mañana podemos acercarnos al Señor hasta impregnarnos de su presencia, de su carácter y de su santidad. Así como el adorador de la antigua Mezquita llevaba un aroma reconocible, también nuestra vida puede desprender un aroma celestial: el de Cristo viviendo en nosotros.
Que esta gema te inspire a caminar cada día más cerca del Padre, para que tus palabras, acciones y decisiones lleven el perfume del cielo a todo lugar.
By Adolfo Rodríguez5
22 ratings
En la vida cristiana existe una fragancia que no se compra ni se fabrica: se recibe. Es el aroma santo que queda en el alma cuando hemos estado con Dios. La Escritura dice que a Pedro y a Juan “les conocían que habían estado con Jesús”… y esa sigue siendo la marca que distingue a los hijos de la luz.
Esta reflexión nos recuerda que cada mañana podemos acercarnos al Señor hasta impregnarnos de su presencia, de su carácter y de su santidad. Así como el adorador de la antigua Mezquita llevaba un aroma reconocible, también nuestra vida puede desprender un aroma celestial: el de Cristo viviendo en nosotros.
Que esta gema te inspire a caminar cada día más cerca del Padre, para que tus palabras, acciones y decisiones lleven el perfume del cielo a todo lugar.