El cruzazulino, acostumbrado a las decepciones es y a que el aliento se le vaya por el pasillo del alma, quiso sentir algo, pero no pudo. Quiso gritar algo, pero no pudo; quiso maldecir a alguien, pero no pudo. Quiso ser Pumas. Tampoco pudo...
El cruzazulino, acostumbrado a las decepciones es y a que el aliento se le vaya por el pasillo del alma, quiso sentir algo, pero no pudo. Quiso gritar algo, pero no pudo; quiso maldecir a alguien, pero no pudo. Quiso ser Pumas. Tampoco pudo...