Cristo es nuestro fundamento, la piedra angular de todo lo que edifiquemos. Si despreciamos a la piedra principal, todo lo que construyamos se va a desmoronar.
En primera de Pedro 2:5 dice que nosotros somos piedras vivas, y como tales, debemos ser edificados como casa espiritual. Es importante saber que como iglesia, como cuerpo, nos necesitamos, que juntos como piedras vivas nos transformamos en columnas para seguir edificando la iglesia de Cristo.