Por muy fuertes que seamos, todos tenemos debilidades. Si éstas no se somenten, tarde o temprano afectarán nuestras relaciones familiares. Las debilidades no controladas fracturan nuestra conexión con Dios. En la vida vamos a toparnos con pruebas, pero no frenar la debilidad aumenta la posibilidad de pasar por mucho dolor y grandes derrotas. ¿Cómo podemos ganar la batalla contra las debilidades? - En la oración que nos acerca a Dios, se someten las debilidades. - A otro más fuerte en esa debilidad, háblale, confiésale. - La unción del cuerpo de Cristo. *Grabado el 30 de abril de 2023 para Cielos Abiertos (Curaçao)